La calidad del aire interior

Vivir en un ambiente saludable, libre de contaminantes

La calidad del aire interior es hoy una de las principales preocupaciones sanitarias. Ya sea en casa, en la oficina, en la escuela o en la guardería, vivir en un ambiente saludable, libre de contaminantes y alérgenos es una necesidad para la salud, la energía y el bienestar. Pero, ¿cómo sabes si el aire interior está contaminado? ¿Cómo hacer visible lo invisible? ¿Y qué se puede hacer para purificarlo? A estas preguntas, Aldes, líder en soluciones de ventilación y purificación de aire, ofrece hoy una respuesta innovadora con Walter®, el primer dispositivo conectado que mide y controla la calidad del aire interior. Como compañero protector, analiza en profundidad, informa continuamente y, si es necesario, toma el control del sistema de ventilación.

Walter® integra cuatro sensores de contaminantes: Sensor de CO2, sensor de COV, sensor de HO2 y sensor de PM 2.5

 

Para el análisis del aire interior, está equipado con cuatro sensores, cada uno dedicado a un contaminante específico presente en el aire interior. El sensor de CO2 analiza la concentración de carbono en el aire y alerta cuando su umbral es demasiado alto. Proveniente de los dispositivos de respiración y combustión humanos, el CO2 reduce el oxígeno del aire y afecta al rendimiento del cuerpo (somnolencia, migrañas, náuseas...).

El sensor de COV detecta la presencia de Compuestos Orgánicos Volátiles (COV), sustancias gaseosas de origen natural o humano, como el benceno y el formaldehído. Combinados con fuentes de combustión, materiales de construcción, muebles y productos cotidianos (pegamentos, barnices, cosméticos, textiles, etc.), los COV pueden desencadenar ciertas enfermedades y afectar al bienestar diario, favoreciendo las migrañas, los mareos, la somnolencia y la irritación de los ojos, la garganta y la piel.

El sensor de H2O evalúa la higrometría de la vivienda. Directamente relacionado con actividades humanas como cocinar, ducharse o respirar, la humedad puede causar el crecimiento de moho y la presencia de ácaros, que promueven el desarrollo de alergias y asma.

El sensor de PM 2.5 está dedicado a partículas finas en suspensión. Estos polvos, de origen variado, penetran profundamente en los pulmones, provocando toses, bronquitis, asma e, incluso, enfermedades cardiovasculares. Walter® también informa sobre el nivel de calidad del aire exterior a través de un algoritmo único que muestra, en tiempo real y cerca de la calle, las mediciones de dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono, partículas finas y dióxido de azufre.

Finalmente, Walter® comunica la temperatura de la habitación en la que está instalado.